lunes, febrero 13, 2006

El derecho a la irreverencia

Llego a través de Luis al artículo de Vargas Llosa sobre la crisis provocada por las viñetas danesas.

Como todo lo de este escritor, es para enmarcar.


Rescato principalmente lo siguiente:

...la prensa de izquierda ha mostrado una extraordinaria prudencia, al igual que los llamados intelectuales progresistas, que, con las admirables pero mínimas excepciones consabidas -entre ellos, el primero, por supuesto, André Glucksmann-, no parecen haberse enterado siquiera de lo que está ocurriendo.

...
Cuando uno piensa que la izquierda estuvo en Europa en la vanguardia de la lucha por conseguir aquella libertad de expresión y de crítica que hoy día está cuestionada por el fanatismo y la compara con la de nuestros días, dan ganas de llorar.

1 comentario:

Marta Salazar dijo...

Hola, pero esto, seguramente es aplicable sólo a Espana, no se puede generalizar.

Por ejm., donde yo vivo, los defensores de las caricaturas son los de la izquierda, la "derecha" (la conservadora cristiana y la liberal) está dividida; pero "tira" más hacia el no a las caricaturas... Y lo mismo puedo decir de Austria. Para qué decir de la posición de los obispos católicos! También en contra.

El ministro checo, Svoboda (para cambiarnos de país)que es socialdemócrata (lo que tradicionalmente se llama de izquierda, solidarizó con Dinamarca (por razones más bien comenrciales, pero solidarizó) y como te digo es socialdemócrata.

No hay que confundir la parte (Espana) con el todo (Europa).

Además, hasta hace unos diez agnos, en los colegios en Alemania, ensenaban que Europa llegaba a los Pirineos, y más allá se encontraba África.

Por tanto, Espana, era África... así que... que los espanoles no se las vengan a dar de nada, no son ni siquiera "el núcleo de Europa" del que hablan los franceses!

La legitimación de Espana como parte de Europa a los ojos del resto de Europa, llegó recién con la entrada de este país a la CE (hoy transformada en UE) y con las palabras del Papa JP 2 que llamó a Espana a llevar el cristianismo de vuelta a Europa, labor de la que Espana se aleja cada vez más...