A cuatro años de la crisis casi terminal del sistema político e institucional de Argentina nos encontramos con más consecuencias de la misma. Actualmente el poder ejecutivo, a través de la esposa del presidente, intentan reformar el Consejo de la Magistratura.
La crisis del 2001 fue tan profunda que no dejó títere con cabeza. La institucionalidad quedó tan por el suelo que los gobiernos que continuaron no hicieron más que usarla de papel higiénico, sin preocuparse por recomponerla. Realmente están ocurriendo cosas en el país que ni siquiera Menem habrá soñado en sus más ambiciosos sueños en que se imaginaba luciendo cetro y corona. El presidente tiene a su esposa en la cámara de Senadores y a través de ella teje y desteje a gusto.
El Consejo de la Magistratura es un cuerpo colegiado que en su momento se formó para reemplazar el proceso de elección de los jueces, que estaba antes en manos del Senado. La corruptela que reinaba en esos ámbitos llevó a que se creara ese organismo. Ahora el gobierno quiere meter mano en él para reformarlo a su gusto.
martes, diciembre 20, 2005
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