Kirchner participó la semana pasada de un programa cómico e hizo las delicias de muchos mófándose de su último antecesor elegido democráticamente: Fernando de La Rua.
Con esta actitud temina mostrando que aquel jugueteo con el bastón de mando el día en que asumió era toda una muestra de cómo considera su investidura.
Además, vemos que para este presidente el único respeto que se merece su rol es el que llega a ganarse peronalmente. Pero ni Kirchner ni los mediocres cómicos responsables de los scketches de la semana pasada saben que existe una función de "Presidente" que es respetable más allá de quien la ocupe.
Más allá de todo esto, me pregunto qué es lo que tanto da gracia en lo referente al anterior presidente. Los argentinos nos mofamos de De La Rua hasta más no poder durante su mandato y posteriormente. Pero estamos profundamente equivocados si nos tomamos a broma un pasado tan penoso. Creo que habría que reflexionar un poco más sobre lo que nos pasó antes que reirnos de aquel personaje que también ayudó a convertirse en un monigote.
A mí no me da gracia rememorar el desgobierno de la Alianza, la vista permanente al abismo, la constante pérdida de riqueza de esos años y el haber desembocado a una crisis institucional que tiene pocos antecedentes en nuestra historia.
Ah... y me pregunto si el Presidente Kirchner estará dispuesto a hacer bromas sobre el Proceso Militar y los desaparecidos...supongo que no. Yo tampoco.
lunes, diciembre 26, 2005
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