miércoles, mayo 24, 2006

Tiempo de revancha


Al igual que un pederasta el gobierno argentino actual tiene una especial predilección por someter a los débiles. Me refiero a los débiles de la vereda de enfrente a la suya.

Kirchner elige bien a sus enemigos. Se trata de aquellos a los que nadie o casi nadie saldrá a defender. Porque defenderlo significa quedar pegado a ellos, pasarse al lado políticamente incorrecto de la política, quedar escrachado ante una sociedad que valora los resultados antes que las formas.

Con cara de amargo, rayano en lo antipático, Patti es el ejemplo de un débil para este gobierno y esta sociedad.

Miembro de la policía. Aun peor: un ex Comisario ligado con la tortura y la represión del pasado gobierno militar, es un cero a la izquierda en las preferencias políticas argentinas. Las mismas preferencias que hacen la vista gorda ante la prepotencia, el grito y la caprichosa manipulación del pasado.

El día de ayer, auspiciada por un gobierno revanchista, la Cámara de Diputados fue escenario de un debate anacrónico e inútil.

Los diputados nacionales dedicaron su tiempo a decidir si permitían el ingreso como miembro del Parlamento a una persona vinculada con la represión del pasado Proceso Militar. Pero que se encuentra en libertad y sin ningún juicio ni proceso pendiente.

El principal impugnador de su incorporación fue un ex miembro de las "valientes" fuerzas guerrilleras que incendiaron el país hace 30 años en un acto autodestructivo de invocación a los peores demonios de la tortura y represión del Estado. Como ejemplo de su autoridad moral, este señor mantiene interesantes vínculos con venerables ejemplos de democracia y respecto a las libertades.

Finalmente ganó la mayoría que rechazaba la incorporación de Luis Patti a la Cámara Baja.

Cuatrocientos mil votos que tenían su nombre en la boleta y que fueron depositados en las urnas en las pasadas elecciones fueron usados como papel higiénico por una amplia mayoría de legisladores.

Como decía en el título. Estamos en un "tiempo de revancha". Treinta años después seguimos despertando aquellos viejos demonios. Tal vez para comprobar que estén muertos. Tal vez para volverlos a despertar por el interés de algunos sectores políticos de volver a sentirse víctimas, que es mucho más cómodo que hacerse cargo del presente y mirar hacia el futuro.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Jorge, aunque coincido en esencia con muchos de tus puntos de vista, percibo un tufillo pro liberal que -aún asido de argumentos que me resultan válidos-, me generan tanta desconfianza como el presidente, Hebe de Bonafini y Bonasso, pero también personajes como Alvaro Alsogaray, Menem, Lopez Murphy, Macri, y todos esos contra los que no parecés tan reaccionario ni intolerante. Me reitero, muchos de tus comentarios son acertados, con esa claridad que únicamente da la distancia, por ejemplo, la distancia que separa a Madrid de Buenos Aires.

Deberíamos en tu opinión, tercerizar todo lo que es plan y gestión de gobierno, confiándolo a alguna corporación privada con sede en Europa que vea las cosas con un poco más de claridad que nosotros, los argentinos confundidos esos que siempre necesitamos de algún mesías de cualquier signo? ;-)

Jorge dijo...

Gracias por tu comentario.

No suelo contestar mensajes anónimos pero como el tuyo es de buena onda lo hago igual :)

No todos necesitan vivir en el exterior para ver las cosas con más claridad. En mi caso, sí que me vino bien para tomar distancia del lío político y social que se vive en Argentina día a día.

Respondiendo a lo primero. No se trata de personas sino de respecto a las leyes que los mismos argentinos no damos. Después de eso, los líderes en particular no importan mucho, si somos capaces de elegir el camino adecuado y no ir detrás de los caprichos del mandamás de turno.