viernes, mayo 19, 2006
País y partido
En línea con los partidos totalitarios que gobernaron en el siglo XX, el partido peronista siempre se ha identificado con la Nación toda.
Basta con ver sus símbolos, lemas y distintivos.
Mientras que el partido radical tiene sus propias banderas y símbolos, que son las propias de cualquier partido de un país civilizado. El peronismo ha creado un escudo que se confunde con el escudo nacional.
El peronismo nunca ha enarbolado una bandera propia. La bandera argentina es la única que siempre han utilizado los seguidores del viejo líder en manifestaciones y congresos partidarios.
En una vuelta de tuerca en esta costumbre de unir partido y país en una sola entidad, el presidente Kirchner se propone usar la festividad nacional del 25 de mayo para fines proselitistas.
Una vez más el peronismo vuelve a lo que más lo caracteriza, que es identificar su propio destino con el del país entero.
Camino seguro al autoritarismo que caracterizó a este partido durante toda su historia. Si Argentina = peronismo, entonces criticar al partido gobernante acaba siendo la actitud propia de un "antipatria".
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2 comentarios:
El peronismo siempre tuvo vocación movimientista, surgió así. En 1983, el peronismo perdió unas elecciones libres por primera vez en su historia. A partir de ahí, se dio tímidamente un intento de reforma. Se intentó modernizar y democratizar al partido, para dejar de lados algunos vicios del pasado. Creo que ese cambio contribuyó a la victoria en las elecciones de 1989.
Por algunos años, parecía que por fin el peronismo se había transformado en un partido político más. Si bien seguía siendo mayoritario y con ambiciones hegemónicas, había dejado de lado las ansias movimientistas. Por ejemplo, los adversarios políticos dejaron de ser enemigos y se fue dejando de lado la tradición de corte fascista de los grandes actos públicos, con enormes movilizaciones.
Lamentablemente, con el brutal retroceso institucional del país a partir del golpe de fines de 2001, también volvimos al “movimiento peronista”.
así es.
el uso del término "movimiento" siempre denotó, para mí, unas ansias de diferenciarse del resto del arco político.
es como si dijeran: ellos son sólo "partidos", nosotros somos más, somos un "movimiento". estamos más allá de la estructura tradicional política tradicional.
ellos expresan una parte de la realidad. nosotros SOMOS la realidad.
recordá que Alfonsín, en su mejor momento, también apuntó a fundar "el tercer movimiento histórico". parece que los políticos argentinos en su momento de gloria sueñan con salirse del marco de la foto, sin conformarse con el poder que momentáneamente logran.
si Menem no aspiró a lo mismo fue, creo, porque hubiera quebrado el juego de alianzas políticas que lo sustentaban. por eso tampoco consiguió su famosa y ansiada re reelección.
yo creo que esto se puede resumir en una simple ecuación. cuanto más partidos y menos movimientos, más país democrático. cuanto más movimiento menos país democrático.
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