Sociedad prostituida

El día de ayer mientras el presidente Kirchner prepoteaba a los ganaderos desde la tribuna se produjeron dos actos patoteriles de grupos «afines» al oficialismo para presionar el sector de la carne.

En cualquier país «serio» estos métodos de presión ejercidos desde el poder serían mínimamente investigados. Cualquier presidente de un país civilizado podría llegar a tener que enfrentar un juicio político por usar grupos mafiosos para presionar a sectores que no conmulgan con su política.

En Argentina no. Estos actos no generan la más mínima reacción de la sociedad.

Como siempre la sociedad argentina es fácilmente comprada para mirar a otro lado.

Como ocurrió con la «plata dulce» en los '70 y con la convertibilidad en los '90, la clase media nuevamente se calla la boca ante los abusos que ejerce el poder.

Todo sea por aprovechar algo del dinero que entra en el bolsillo. Aunque con cada crisis que pasa el dinero es más escaso y la bonanza económica trae menos para disfrutar.

Cada vez la sociedad se prostituye más pidiendo menos a cambio y el cliente es cada vez más feo, desaliñado y sucio.

Ya sabemos cómo acaba todo esto. Dentro de 30 años se declarará un nuevo feriado para conmemorar a un gobierno que nos hundió nuevamente en la ruina, que nos vendió una devaluación que sólo sirvió para empobrecernos y seguramente los medios y la gente volverá a venderse el cuento de que fue víctima inocente de un gobernante que la engañó.