España: 30 años. Historia de una traición

Alguien dijo alguna vez que la historia la hacían los traidores. No era dicho en sentido negativo para todos los casos.
Por ejemplo, San Martín traicionó a sus raíces y formación españolas creando patrias independientes en lo que era antes parte del imperio español. Más cerca en la historia, el presidente Saenz Peña traicionó a su clase instituyendo el voto universal, secreto y obligatorio dando lugar posteriormente al destronamiento de la oligarquía gobernante que lo había llevado a él mismo al poder. En España, Felipe Gonzalez traicionó su formación marxista para introducir a su país en Europa y por ende en el Primer Mundo. Finalmente, Gorvachov traicionó a la casta gobernante abriendo un proceso de reformas que terminó por derrumbar a la URSS.
Más en lo personal, nosotros también traicionamos. Traicionamos muchos mandamientos de nuestros padres para poder hacernos adultos. Traicionamos a veces a nuestras amistades para formar nuestra propia familia.
Esto muestra, para mí, que la traición tiene mucho de heroica, a veces, y que el atenernos a ciertas convicciones caducas ante algunos acontecimientos de nuestras vidas es sinónimo de cobardía.
Toda esto viene a cuento porque hoy se cumple en España 30 años de una gran traición que quedó en la historia y que hoy se conmemora en este país. El 22 de noviembre de 1975 se proclamó Rey de España a Juan Carlos I y éste luego usó su poder para llevar a España a una salida democrática. Juan Carlos I entró en la historia traicionando a aquel dictador Francisco Franco que había pedido a su padre, el exiliado Don Juan , cuando él tenía tan sólo 10 años, que llevara a su hijo a España para formarlo a su gusto, imagen y semejanza. Juan Carlos era el heredero de Franco, el que el caudillo había mantenido a su lado durante años para asegurar la continuidad de su regimen.
Sin embargo, aquel 22 de noviembre, el ahijado político del regimen optó por una salida mucho más conveniente para el país. La misma dio lugar a la constitución de 1978 y luego al periodo de 30 años de progreso más fabuloso de la historia de la España moderna.