miércoles, septiembre 27, 2006

Los demonios del pasado





Justo cuando el gobierno argentino disfrutaba al máximo de su política de revisar el pasado le desaparece misteriosamente y delante de sus narices un testigo clave contra uno de los popes del Proceso Militar.

Ahora lo busca desesperadamente.

No sea cosa que se confirme que este es el primer gobierno de la democracia durante el cual se reviven hechos que nos retrotraen a las épocas del Falcon verde.

De tanto jugar con fuego el gobierno se quemó.

Dentro de este ambiente los marginales de siempre, luciendo sus gastadas consignas, salen a la calle para exorcizar los demonios que gracias al gobierno están sobrevolando sobre Argentina.

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5 comentarios:

Anónimo dijo...

Con la diferencia, Jorgito, de que a este tipo no lo secuestró el aparato estatal usurpador con fondos de los contribuyentes, sino que posiblemente haya sido una banda o gente afín a un tipo que comprobadamente ante la justicia fue condenado por haber robado, asesinado, torturado y cosas por el estilo.

Pequeña diferencia.

Roedor

Anónimo dijo...

Debés tener un horrible rictus de complacencia ante la noticia. Estoy segura de eso.

Desagradable como siempre lo tuyo.

Anónimo dijo...

O sea, correjime por favor si me equivoco. Lo que vos decis es que por querer llevar a la justicia a un torturador y asesino (cosa que segun leo en tu post no esta bien) ahora el gobierno es culpable de la desaparicion de esa persona. Tenes razon, dejemos todo como esta, que los asesinos caminen por las calles.

Anónimo dijo...

Creo que la coherencia no es tu fuerte. Si el gobierno busca justicia (que no prescribe, por tratarse de genocidio, por si hace falta clararlo), entonces "Kirchner revuelve el pasado". Cuando esos mismos sectores retrogrados y enemigos del pueblo vuelven a actuar, "la culpa también es de Kirchner".

Anónimo dijo...

Lo que pasó con el compañero López revuelve las tripas, y nos retrotrae al pasado mas violento y autoritario de que tuvimos memoria. Pero no hay que bajar los brazos. Ojalá que aparezca, todos lo estamos esperando. De todas maneras se pudo comprobar la reacción unánime de la sociedad: si los represores quisieron infundirnos miedo, fracasaron. Los testigos se van a seguir presentando, para condenar a los culpables de genocidio. Y hay que recordar que ya cayeron las leyes de la impunidad.