La Nación hace referencia hoy a las críticas de los políticos de la oposición por el proyecto de reforma política en el que está embarcado el oficialismo.
Los políticos opositores apuntan principalmente a las intenciones de limitar la presentación de partidos chicos a las elecciones.
Lo que nadie ha criticado y me parece algo muy peligroso es la otra intención del proyecto que publicó ayer La Nación en portada: los docentes se harían cargo del control de las mesas electorales.
La ausencia masiva de muchos argentinos convocados como presidentes de mesa en las elecciones del año pasado da razones al gobierno para colocar en su lugar a los miembros de una organización sindical.
Como todo gremio en Argentina, volverse el criado del gobierno de turno - especialmente cuando el gobierno lleva banderas peronistas - es algo de un minuto.
Qué podemos esperar de unas elecciones controladas por los infinitos brazos de la patota sindical?
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