El gobierno argentino se muestra enojado y ofendido porque el Vaticano no acepta su nuevo embajador.
Cristina Kirchner no admite que rechacen su enviado por ser divorciado.
Me pregunto si el gobierno haría un desplante similar a otros países.
Por ejemplo, nombrando un empresario capitalista o un hijo de exiliado cubano como embajador en Cuba, o designando a un católico militante como representante diplomático ante la Venezuela de Chavez.
lunes, febrero 11, 2008
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