Ezeiza: poco serio

Mientras que en cualquier aeropuerto del mundo (por lo menos los que conozco, que son muchos menos) hay una clara separación entre la zona por la que circulan los pasajeros y los comercios Duty Free, en el Aeropuerto Internacional de Ezeiza las cosas no son así.

Tanto al entrar al país como al salir, al pasar el control de documentación se vive una situación bastante ridícula.

El camino que lleva desde el control de migraciones hacia las puertas de embarque y viceversa no es un pasillo propiamente dicho. Para ir de un lugar al otro no se cuenta con un camino claramente delimitado.

Al intentar transitar a las puertas de embarque el pasajero debe atravesar concretamente el espacio de un comercio de perfumes.

Durante esta corta pero molesta travesía una tropa de vendedoras están permanentemente apretando el pulsador de sus respectivos frascos de perfume a la vez que intentan tentar a turistas y residentes a comprarlo.

Se me ocurre que es bastante penosa la imagen que da el aeropuerto con esta ridícula y molesta disposición de los locales comerciales.