En el día o días después de las elecciones en Argentina, hay otra cosa más para analizar además del voto en blanco, anulado y el ausentismo que el gobierno intenta pasar por alto. El radicalismo ha hecho otra pésima elección y sigue en esa lenta agonía que arrancó en la derrota del '89 y se terminó de declarar con la debacle de De la Rua.
Aquí incluyo una interesante reseña en Página 12 de hoy: El largo adiós del radicalismo
Una vez más la mano de Alfonsín está presente en los desmanejos y estrategias fallidas del partido. Es todo un símbolo el hecho de que en el partido más orgánico y supuestamente más democrático de todos los hay en el país se haya enquistado una figura tan dañina para su destino.
viernes, octubre 28, 2005
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1 comentario:
Mira, no soy un experto, pero no debe haber muchos casos, por lo menos en la historia argentina, en que el propio presidente del partido de gobierno participa activamente en un golpe para derrocar al presidente de su propio partido...
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